La escalada es una actividad deportiva que consiste en subir o recorrer, realizando cuidadosos movimientos, paredes de roca, laderas escarpadas u otros tipos de superficies. Lo que distingue a los relieves sobre los que se practica la escalada del resto es su verticalidad.
La técnica de escalar requiere destreza, fuerza física y fortaleza mental, ya que el escalador debe aprovechar todas las oportunidades (a veces escasas, o incluso nulas) que le ofrece el mundo vertical.
No obstante, la mayoría de las personas que practican la escalada de forma recreativa lo hacen en entornos cuyos medios naturales y/o artificiales les facilitarán la progresión.
Es innegable que la escalada está en auge. Si bien se trata de una disciplina deportiva que ha evolucionado a lo largo de los años, especialmente en las últimas décadas (y, de hecho, hoy en día sigue haciéndolo); en realidad escalar es una actividad tan antigua como el ser humano.
¿Qué es la escalada como disciplina deportiva? Mucho antes de que la escalada se convirtiese en la actividad que hoy en día conocemos, el ser humano ya empezaba a tantear los terrenos verticales en busca de alimento o protección. En definitiva, la acción de trepar para llegar a puntos altos y de difícil acceso es en realidad una actividad instintiva que llevamos practicando desde la antigüedad.
¡La escalada está en nuestros genes!
¿Cuándo se creó la escalada?
Ya sea por las ansias de llegar más y más alto, por la necesidad de encontrar cobijo o simplemente por la curiosidad por descubrir qué hay más arriba, el ser humano siempre ha sentido el impulso de subir, escalar, trepar. En definitiva, de enfrentarse a lo vertical. Por esta razón es tan difícil ubicar el nacimiento de la escalada en un punto concreto de la historia.
La primera persona persona que escaló una pared de la forma en que lo hacemos ahora fue Antoine de Ville.
Este intrépido hombre se enfrentó al Mont Aiguille en 1492. Se trata de una montaña de unos 300 metros de ascensión vertical con una cima horizontal. Dada su forma tan peculiar (no en vano se le llama Mont Aiguille, es decir, «Monte Aguja»), se trataba por aquel entonces de una montaña inaccesible para todos.
Si bien Antoine de Ville, sin saberlo, empezó a gestar los cimientos de lo que más adelante sería la escalada tal y como la conocemos ahora, el primer ascenso que se consideró “escalada” propiamente dicha tuvo lugar en 1786, cuando Benedict de Saussure (el fundador del alpinismo) quería saber cuánto medía el Montblanc y ofreció una recompensa a quien encontrase la forma de conquistarlo.
Fue entonces cuando Michel-Gabriel Paccard se las ingenió para enfrentarse por primera vez a este pico de la forma más eficiente (o, cuando menos, la forma más innovadora). Y lo hizo con éxito. Este hito marcó un antes y un después en la práctica de la escalada.
Hasta el siglo XVIII, las montañas se concebían como elementos naturales inaccesibles para la mayoría de las personas. Pero después del ascenso de Paccard ya no hubo vuelta atrás. A partir de ese momento, cada vez más personas empezaron a imitar sus pasos.
En consecuencia, a finales del siglo XIX, se empezó a extender el uso de los materiales, y esto fue fundamental, no solo para poder empezar a escalar las paredes de camino a los picos más altos de Europa, sino también para velar por la seguridad de los más osados. Así, gracias a la precisión y al perfeccionamiento de dichos materiales, se abrieron nuevas vías que antes parecían imposibles.
La implementación de los materiales de seguridad (incluida la cuerda) supuso un antes y un después para que la obsesión sana por enfrentarse a lo vertical fuese ya una realidad.
Pronto empezaron a aparecer los primeros clubs y escuelas de escalada en Europa y en Estados Unidos. Algunas de ellas, más adelante, en 1932 se asociaron para crear la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo.
Los alpinistas empezaron a subir paredes tan inclinadas que podríamos afirmar que, en cierto modo, estaban practicando una versión muy cercana a la escalada como tal. No obstante, la escalada se diferencia del alpinismo en que la misión del escalador no es tanto la de llegar a lo más alto del pico, sino recorrer las paredes verticales.
¿Cuál fue el cambio de mentalidad que marcó un antes y un después en la historia de la escalada?
El deporte de la escalada consistía (y, de hecho, consiste), en desafiar a lo vertical. La misión del escalador ya no es salvar una pared, sino dominarla. En algún momento determinado de la historia, la misión de subir a las cumbres más altas dejó de ser trascendental; ahora ya no importaba cuánto medía la pared. Lo importante ahora era conquistarla, recorrerla y, en definitiva, conocerla.
La escalada empezó a evolucionar al mismo ritmo que lo hacía el material deportivo que se usaba para practicarla. En 1948, se empezaron a comercializar los pies de gato; más adelante, se introdujo el uso del magnesio y, progresivamente, las técnicas de seguridad también se fueron perfeccionando.
En la década de los 60, gracias a la llegada de los seguros fijos, la escalada libre empezó a practicarse de forma masiva, especialmente en lugares como el parque Yosemite.
Pero no fue hasta el período que abarca entre los 70 y los 80 que nació la escalada deportiva como tal. Y, con ella, también surgió el entrenamiento personalizado para el escalador, en la que los deportistas trataban de desarrollar tanto sus habilidades físicas como las mentales.
Tipos de escalada
- Escalada en roca. La escalada en roca se desarrolla, tal y como el nombre indica, sobre paredes de roca.
- Escalada en hielo. Por otra parte, la escalada en hielo se lleva a cabo sobre hielo o nieve dura. Es un tipo de escalada mucho más técnico y exige el uso de equipamiento especial para ser ejecutada correctamente (como piolets o crampones).
- Escalada mixta. La escalada mixta reúne “un poco de todo”; en ella, se alternan tramos de hielo con otros de nieve y de roca. Para poder progresar, es necesario combinar el uso de técnicas y material tanto de la escalada en roca como de la escalada en hielo.
- Escalada urbana. La escalada urbana se lleva a cabo sobre estructuras que se encuentran en ciudad, como muros, puentes, etc.
- Y nuestra favorita… La escalada en rocódromo. La escalada en rocódromo se realiza en paredes en las que se colocan presas artificiales con diferentes formas que simulan los agarres del medio natural. Las presas suelen ser de resinas, pero también pueden fabricarse de otros materiales, como de madera, piedras, etc.
¿Qué es un rocódromo?
Hoy en día, la escalada en rocódromos es una práctica deportiva con personalidad propia y cada vez son más los adeptos que eligen practicarla. De hecho, muchas personas han intentado hacer un rocódromo en casa de forma exitosa. Esta disciplina ha crecido exponencialmente gracias a su capacidad de explotar sus ventajas frente a la escalada en roca.
La ventaja de la escalada en rocódromos es que el riesgo de lesiones a la hora de practicarla es mucho menor, por lo que se trata de una práctica segura para todos los públicos. Las presas de resina sintética son cada vez más ergonómicas y menos lesivas para los dedos.
En la escalada en rocódromos, las posibilidades son infinitas. Esta disciplina permite diseñar desde bloques con vías que obliguen a llevar a cabo pasos más atléticos y gimnásticos hasta otros mucho más sencillos, aptos para pequeños escaladores.
Los rocódromos infantiles, además, son una zona segura para que los niños puedan jugar y desarrollar sus habilidades psicomotrices en medio de la vorágine de la ciudad (o ¿por qué no? en pleno patio del colegio). Un lugar donde pueden sociabilizar con libertad, relacionarse con el resto de los niños y entrenar divirtiéndose y compartiendo sus hazañas, mientras, a su vez, se desarrollan como escaladores.
Ahora que ya sabes qué es la escalada…
¡Es el momento de ponernos a escalar! 😉
En Gecko Walls somos especialistas en este tipo de instalaciones como actividad complementaria a la asignatura de Ed. Física.
Para ello dinamizamos el rocódromo mediante un libro de juegos de escalada que regalamos a la finalización de cada instalación (además de toda la documentación requerida según normativa), para que los especialistas de Ed. Física de cada centro educativo puedan dinamizar al máximo la actividad en sus clases y ofrecer alternativas de juego a la hora del recreo.
En Gecko Walls entendemos el rocódromo no solo como algo decorativo, sino como una actividad altamente beneficiosa para nuestros niños y niñas, especialmente si le damos la dinamización adecuada para sacarle rendimiento. 😊
Cumpliendo con las exigencias de la normativa vigente UNE-EN 12572:3/2017 para este tipo de instalaciones, la escalada es una de las opciones más demandadas en el sector educativo dentro del proceso de transformación de los patios escolares y/o de zonas interiores como gimnasios, tanto de infantil como primaria y secundaria, ya sea con presas directamente a la pared o con nuestras estructuras modulares de madera de abedul fenólico de 18mm. y diferentes medidas.
Nuestra filosofía aúna dos conceptos básicos para nosotros: ARTE Y ESCALADA, creando espacios únicos y originales donde confluyen el arte de nuestros muralistas (realizamos murales personalizados como fondo de pared) y el trabajo de nuestros técnicos instaladores.
Como resultado, obtenemos travesías de escalada lateral ideales para desarrollo de la psicomotricidad y la fuerza física y mental de nuestros niños y niñas.
Si estás interesado/a en tener un rocódromo con estas características, no dudes en contactar con nosotros. ¡Estaremos encantados de atenderos! 😊